¿Cómo perder el miedo al dentista? 9 consejos para superar la odontofobia

El miedo al dentista -también llamado odontofobia- deriva en muchos problemas de salud bucodental. Esto se debe a que las personas que lo padecen se caracterizan por no acudir al dentista con regularidad. Y, además, una vez que comienzan un tratamiento tienden a abandonarlo por la ansiedad y el nerviosismo que les suponen las visitas a la clínica dental.
Toda esta combinación genera un círculo vicioso del que es complicado salir, ya que cuanto más se demora la asistencia odontológica, más se agravan los problemas. Y, con ello, más compleja e invasiva es la solución. Por tanto, más miedo tiene el paciente a ir al dentista.
Por ello, en el artículo de hoy vamos a ofrecerte nueve consejos para perder el miedo al dentista. Pero, antes de nada, vamos a aclarar a qué nos referimos, exactamente, cuando decimos que alguien tiene odontofobia.
¿Qué es el miedo al dentista?
Para muchas personas, ir al dentista no es plato de buen gusto. Sin embargo, este hecho no les impide acudir a sus citas de revisión ni seguir un tratamiento dental. Y, por tanto, esta incomodidad no supone un perjuicio para su salud.
El problema surge cuando alguien tiende a evitar, posponer o cancelar sus visitas al dentista por miedo. Es decir, cuando un paciente experimenta unos niveles elevados de estrés, ansiedad o nerviosismo solo por pensar en acudir a una clínica dental.
Signos que evidencian el pánico al dentista
A continuación, te vamos a contar cuáles son las señales más habituales que experimentan las personas que tienen odontofobia:
- El día de la cita, el paciente no puede pensar en otra cosa. Se levanta pensando en la visita al dentista y es posible, incluso, que no haya dormido bien la noche anterior.
- Cuando está llegando a la clínica dental, el paciente siente unos impulsos irrefrenables para darse la vuelta y no presentarse a su cita.
- Una vez en la clínica, el paciente tiene ganas de huir ya que no se siente cómodo ni seguro. Cualquier ruido u olor le perturba. Su ritmo cardíaco aumenta y su presión arterial disminuye.
Problemas que ocasiona la odontofobia
Como hemos avanzado, el miedo al dentista puede ocasionar problemas de salud, algunos de ellos graves.
En primer lugar, los pacientes que no acuden al dentista con regularidad son más propensos a desarrollar enfermedades orales como la caries, la gingivitis o la periodontitis (comúnmente llamada piorrea). Esto se debe a que no se realizan limpiezas bucodentales profesionales, lo que evita, en gran medida, la aparición de estas patologías.
En segundo lugar, las personas con odontofobia suelen enfrentarse a diagnósticos tardíos. Es decir, como no acuden al dentista, este profesional no puede detectar las enfermedades en etapas iniciales. Esto es especialmente negativo ya que un diagnóstico temprano simplifica los tratamientos y aumenta exponencialmente las posibilidades de éxito.
Por ejemplo, la piorrea es una patología que si no se trata a tiempo ocasiona la pérdida de dientes. En este punto, también conviene mencionar el cáncer de boca, en el que es de vital importancia realizar un diagnóstico temprano
Consejos para superar el miedo al dentista
Ahora ya sabes qué problemas te puede ocasionar la odontofobia. Así es que, para ponerle remedio, vamos a decirte cuáles son los consejos que ofrecemos a nuestros pacientes para ayudarles a perder el miedo al dentista.
1. Pide cita a primera hora de la mañana
Eso evitará que estés todo el día dándole vueltas y que tengas la tentación de cancelar la visita. Si puedes y crees que te va a ayudar a relajarte, llega antes de la hora y date un paseo por los alrededores de la consulta.
2. Pregunta si puedes tomar medicación tranquilizante
Si deseas recurrir a algún medicamento para tranquilizarte, consúltalo con el dentista. Eso sí, nunca tomes medicación sin que te la haya pautado un médico o dentista.
3. Aprende técnicas de relajación
Los ejercicios de relajación y la respiración profunda te ayudarán tanto antes como durante la cita.
4. Acude acompañado
El hecho de poder apoyarte en alguien de confianza contribuirá a que vayas más seguro y relajado. Además, esa persona evitará que entres en pánico y canceles tu cita.
5. Llévate tu propia música
Si escuchas música relajante durante el tiempo que estás en el sillón dental evitarás oír los clásicos ruidos propios del instrumental.
6. Advierte al dentista que tienes miedo
No todas las personas tienen temor a lo mismo, así es que cuéntale qué te da miedo exactamente. Por ejemplo: te puede asustar el ruido del instrumental, el olor, acordarte de malas experiencias previas, sentir dolor, etc. En función del origen de tu miedo, podrá ayudarte a combatirlo de manera más efectiva.
7. Cuenta al dentista hasta dónde deseas saber
Hay personas que quieren conocer todos los detalles del procedimiento que se les va a realizar. Otras, en cambio, prefieren no saber prácticamente nada porque cualquier información les genera mucha aprensión.
8. Opta por la sedación consciente
En nuestras clínicas contamos, además de con la clásica anestesia, con servicio de sedación. Esto resulta de mucha utilidad a los pacientes con miedo, ya que permite que estén en un estado de máxima relajación y semiinconsciencia durante todo el procedimiento.
9. Piensa en el resultado
Perder el miedo al dentista te va a ayudar a evitar numerosos problemas y enfermedades. Y, en el caso de que aparezcan, va a hacer que su tratamiento sea más sencillo.
Conclusiones
Esperamos que estas nueve recomendaciones te hayan ayudado a superar el miedo al dentista. Eso sí, antes de terminar, te hacemos llegar un último consejo, el cual es el más importante de todos: elige un odontólogo en el que confíes.
Dado que para ti acudir a una clínica dental es un paso difícil, te recomendamos que te tomes el tiempo necesario para escoger al profesional que te va a tratar. Es fundamental que el dentista tenga la sensibilidad y paciencia suficientes para tratar contigo y ayudarte a vencer tus miedos.
Por ejemplo, en nuestras clínicas dentales estamos acostumbrados a tratar personas con odontofobia. En estos casos, dedicamos más tiempo a hablar con el paciente y nos esforzamos por explicar los aspectos que le preocupan (cómo ayudarle a relajarse, cómo evitar el dolor…). Pero, además, contamos con técnicas que permiten al paciente no enterarse, prácticamente, de nada durante su procedimiento, como la sedación consciente.