¿Cómo se corrige la mordida abierta? ¿Cuáles son las consecuencias de no hacerlo?

La mordida abierta es uno de los problemas de oclusión más comunes entre la población. Y, por ello, también es uno de los que más tratan los ortodoncistas de nuestras clínicas dentales.
Como cualquier otro tipo de maloclusión, la mordida abierta ocasiona diversas molestias e inconvenientes a la persona que la padece. Su afectación a la calidad de vida hace que sea recomendable tratarla lo antes posible. Es decir, mejor en la niñez que en la edad adulta.
Pero, además, la necesidad de corregir la mordida abierta cuanto antes se debe a otra cuestión igualmente importante: cuanto antes se actúe contra ella, más sencillo será solucionarla.
¿Qué es la mordida abierta?
La mordida abierta es un tipo de maloclusión dental en la que los dientes superiores e inferiores no encajan entre ellos. Es decir, no contactan unos con otros, por lo que se ven espacios entre ellos.
En definitiva, es como si la persona no pudiera cerrar su boca por completo. Esto hace que, en la mayoría de los casos, la mordida abierta sea una alteración muy visible ante los ojos de los demás.
Tipos de mordida abierta
En función de la zona de la boca en la que los dientes no contactan, podemos distinguir cuatro tipos de mordida abierta: anterior, posterior, lateral y completa.
- Mordida abierta anterior: es la más frecuente de todas. Tiene lugar cuando los dientes superiores e inferiores de la parte frontal (anterior) de la boca no contactan. Es decir, afecta a los incisivos. Por tanto, es muy visible cuando la persona se encuentra de frente.
- Mordida abierta posterior: se produce cuando los dientes que no contactan son los de la parte trasera (posterior) de la boca. Es decir, afecta a los molares. Aunque no resulta tan antiestética como la anterior, ocasiona numerosas incomodidades a la hora de masticar.
- Mordida abierta lateral: se da cuando la maloclusión solamente está presente en un lado de la boca (izquierdo o derecho).
- Mordida abierta completa: sucede cuando los únicos dientes que contactan son los últimos molares.
Causas de la mordida abierta
En la mayoría de los casos, el origen de la mordida abierta se encuentra en una serie de hábitos incorrectos que tuvieron lugar durante la niñez. A continuación, repasamos las principales causas de la mordida abierta:
Uso prolongado del chupete o succión del dedo pulgar
Los niños que usan el chupete más allá de los tres años o que tienen la costumbre de chuparse el dedo de manera muy asidua son más propensos a desarrollar mordida abierta. Esto se debe a que ambos elementos afectan al crecimiento del paladar (en la parte superior de la boca).
Posición incorrecta de la lengua
Inconscientemente, la mayoría de personas dejamos descansar la lengua sobre el paladar. Sin embargo, hay algunos niños que adquieren el hábito de apoyar la lengua por detrás de los dientes. El problema es que esta presión prolongada contribuye a separar las arcadas dentarias (superior e inferior).
Crecimiento óseo anómalo
Por diferentes circunstancias, hay niños que no experimentan un crecimiento adecuado de sus huesos (maxilar superior y mandíbula). Este desarrollo incorrecto puede deberse a los hábitos que acabamos de mencionar o a causas genéticas.
¿Qué problemas ocasiona la mordida abierta?
Como ya hemos avanzado, la mordida abierta tiene una serie de consecuencias tanto estéticas como funcionales.
Dificultades para comer
En función de a qué parte de la boca afecte la mordida abierta, esta maloclusión puede generar unas incomodidades u otras. Esto se debe a que cada diente tiene una función.
Por ejemplo: los incisivos sirven para trocear los alimentos, los caninos para desgarrarlos y los premolares y molares para triturarlos. Si los dientes no contactan en algún punto, el paciente no podrá comer con normalidad.
Alteraciones en el habla
Las personas que tienen mordida abierta suelen presentar problemas a la hora de pronunciar determinados fonemas. Por ejemplo, tienden a “cecear” (pronunciar la “s” como una “c”).
Problemas para respirar
El hecho de que los huesos maxilares no se hayan desarrollado correctamente hace que el paciente no pueda obtener, a través de la vía nasal, el oxígeno necesario para respirar. Por ello, las personas con mordida abierta suelen respirar por la boca.
Repercusiones estéticas
En función de lo severa que sea la maloclusión, los pacientes con mordida abierta pueden presentar una sonrisa poco estética. Esto se debe, fundamentalmente, a los espacios que se ven entre los dientes fruto de la falta de contacto.
¿Cómo se corrige la mordida abierta?
Existen diferentes tratamientos para corregir la mordida abierta. El hecho de que se elija entre uno u otro depende de dos aspectos: la edad de la persona y la severidad de la maloclusión.
Dicho esto, la mordida abierta se puede corregir de las siguientes maneras:
Ortodoncia interceptiva: para niños
Este es el tratamiento indicado para los niños de entre 6 y 9 años. Como a esta edad los huesos de la cara aún continúan en desarrollo, se puede actuar sobre ellos para guiar su crecimiento.
Sin embargo, el uso de aparatos de ortodoncia interceptiva debe complementarse con el abandono de los hábitos nocivos por parte del niño.
Pero, además, hay que actuar contra las consecuencias que ha causado la mordida abierta. Por ejemplo, el “ceceo” o la respiración bucal. Esto hace que, en muchos casos, también sea necesario recurrir a un logopeda.
Ortodoncia con brackets o alineadores: para adolescentes y adultos
Una vez que se ha completado el crecimiento de los huesos, será necesario recurrir a tratamientos de ortodoncia para adultos. A partir de los 12 años, los pacientes podrán utilizar brackets o alineadores transparentes para solucionar la mordida abierta.
Sin embargo, esto solamente será posible cuando el paciente presente una mordida abierta leve o moderada. En casos muy severos, donde existan verdaderas alteraciones óseas, habrá que recurrir a una cirugía maxilofacial.
Cirugía ortognática: para casos severos
Hay determinados pacientes que presentan una gran descompensación entre el maxilar superior y la mandíbula. Y, por ello, la ortodoncia no resulta suficiente para corregir la mordida abierta.
Por tanto, necesitan una intervención que permita modificar el tamaño y la posición de sus huesos maxilares: la cirugía ortognática. Al ser esta una operación de envergadura, solamente se reserva para los casos más severos.
En la mayoría de los casos, la ortodoncia resulta suficiente para corregir la mordida abierta. Sin embargo, también es verdad que son las alteraciones óseas más graves las que causan los problemas cotidianos más severos (masticación, fonación, respiración…).
Por ello, es tan importante actuar contra la mordida abierta durante la niñez, para evitar que siga evolucionando hasta convertirse en un problema que solo se puede solucionar mediante una cirugía ortognática.
Bibliografía
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