La historia de la pasta de dientes

El dentífrico es un producto muy usado en la actualidad, pero seguramente no conozcas sus orígenes. Ya hace 4.000 años encontramos en un manuscrito Egipcio constancia de los cuidados dentales. En Persia, alrededor del año 550 a.C., se aplicaba una mezcla de tintura y agua en los dientes y encías con un pincel.
Los íberos también se enjuagaban la boca con orina a fin de preservar la firmeza de sus dientes, así como los celtas, los griegos y pueblos germánicos. De hecho, en la antigua Roma se vendía en frascos la orina lusitana porque tenía fama de ser la más fuerte y efectiva.
Pero, ¿cuándo se inventó la pasta de dientes moderna?
Los orígenes de las pastas dentales modernas los encontramos en el siglo XVIII. En 1842, un dentista cuyo nombre era Peabody tuvo la idea de añadir un tipo de jabón a la pasta dental. En 1850 John Harris agregó un nuevo ingrediente, la tiza. Y en el año 1873, Colgate produjo en masa el primer dentífrico que se lanzó al mercado: en forma de polvo y envasado en un frasco de vidrio.
En 1892, el Doctor Washington Sheffield Wentworth, un farmacéutico y cirujano dental inventó la primera pasta de dientes en un tubo plegable bautizada como Creme Dentifrice. En el año 1896, la empresa Colgate, viendo la utilidad del sistema, comenzó a envasar su pasta de dientes en tubos plegables.
Ya en el siglo XX, se sustituyó el jabón utilizado en la pasta dental por agentes emulsionantes y en 1914 nació la primera pasta de dientes fluorada.
Hoy en día, además de la higiene dental en casa, con cepillo, pasta de dientes e hilo, se recomienda realizar al menos una higiene profesional en clínica al año.
Llama a nuestro asesor al 900 102 969 si quieres recibir información sobre cualquier tratamiento dental.