¿Qué es la periimplantitis? ¿Con qué tratamiento se cura?

La periimplantitis es una enfermedad que, en caso de producirse, lo hace tras la colocación de un implante dental. Por tanto, solamente puede afectar a las personas que previamente se han sometido a este tipo de tratamiento.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que la periimplantitis es uno de los problemas más graves que afectan a los implantes dentales, ya que puede provocar su caída.
Por eso, es fundamental que las personas que se han sometido a una cirugía implantológica tengan claro cómo pueden contribuir a que su tratamiento sea un éxito.
Pero, además, es muy importante saber distinguir los síntomas de alerta que provoca la periimplantitis, con el objetivo de detectar la enfermedad lo antes posible. Solo de esa manera se podrá iniciar un tratamiento rápido que evite su consecuencia más temida: la pérdida de los implantes.
¿Qué es la periimplantitis?
La periimplantitis forma parte de las llamadas enfermedades periimplantarias. Por lo general, es una patología asociada a la falta de higiene, ya que se produce por la acumulación de placa bacteriana alrededor de los tejidos que rodean al implante dental (encías y hueso).
Esta acumulación de placa bacteriana provoca una infección que afecta a los tejidos que rodean el implante. En primera instancia, la periimplantitis provoca una inflamación en la mucosa periimplantaria (zona de las encías).
En segundo lugar, los daños alcanzan al hueso, que actúa de soporte del implante. Por tanto, el progresivo debilitamiento a consecuencia de la infección es lo que hace que, en última instancia, el implante se caiga.
Síntomas de la periimplantitis
Los principales síntomas con los que se manifiesta la periimplantitis son los siguientes:
- Enrojecimiento de las mucosas: la encía que se encuentra alrededor del implante presenta un aspecto rojo y brillante.
- Inflamación de las encías: paralelamente, las mucosas también comienzan a agrandarse e hincharse.
- Recesión de encías: las encías pierden tejido y se retraen.
- Supuración: aparece pus alrededor del implante. El pus es uno de los principales síntomas que advierten de la presencia de una infección.
- Sangrado durante el sondaje: el sondaje es un procedimiento realizado por un dentista o periodoncista. Para llevarlo a cabo, dicho profesional introduce una sonda periodontal entre la encía y el diente y evalúa el sangrado que produce.
- Bolsas periimplantarias de más de 6 milímetros: mediante el mismo procedimiento, el periodoncista utiliza una sonda para medir la profundidad del sarro que se encuentra en las bolsas periimplantarias (pequeños depósitos en los que se han acumulado las bacterias).
- Dolor a la percusión o al apretar los dientes: la percusión es una técnica de exploración que consiste en dar golpes suaves con los dedos o pequeños instrumentos.
- Pérdida de hueso de soporte: mediante una radiografía panorámica, el odontólogo observa si la periimplantitis ha provocado pérdida ósea.
- Movilidad del implante: el diente se mueve y da la sensación de estar “flojo” o a punto de caerse. Sin duda, este es uno de los síntomas más avanzados y preocupantes.
Causas de la periimplantitis
Las dos principales causas por las que se produce la periimplantitis son la acumulación de placa bacteriana y la sobrecarga oclusal. Sin embargo, a esto también se le pueden añadir otros factores factores de riesgo como el tabaco, la genética o el haber sufrido periodontitis en el pasado.
1- Acumulación de placa bacteriana
Esta es, en general, la principal causa de periimplantitis. Es decir, si el paciente no se cepilla lo suficiente los dientes después de las comidas, los restos de alimentos quedarán retenidos en la boca, dando lugar a la proliferación de bacterias.
Con el tiempo, esta placa bacteriana se endurecerá y se convertirá en sarro, una capa amarilla que se forma en los dientes y que no se puede retirar con el cepillo.
2- Sobrecarga oclusal
La segunda causa relacionada con la aparición de la periimplantitis no responde a un origen infeccioso, sino mecánico. Y es que, esta enfermedad también puede estar provocada por la sobrecarga oclusal.
La sobrecarga oclusal se da en los pacientes que ejercen una fuerza excesiva durante la masticación. Como consecuencia de ello, los dientes superiores ejercen una gran fuerza sobre los inferiores, lo que provoca desgaste, aflojamiento e, incluso, fracturas en el implante.
3- Tabaco
El tabaquismo provoca, en general, una peor respuesta del paciente a los implantes (cicatrización más lenta tras la cirugía, peor osteointegración…). Pero, además, enmascara los síntomas de la periimplantitis.
Es decir, provoca vasoconstricción y que, por tanto, el paciente no experimente sangrado. Al suceder esto, la cura de la enfermedad se retrasa y empeora el pronóstico.
4- Genética
La herencia genética de cada uno también puede predisponer a la aparición de periimplantitis. Por eso, los hijos de personas que han padecido periimplantitis son más susceptibles de desarrollar dicha enfermedad.
5- Haber sufrido periodontitis
La periimplantitis es conocida, coloquialmente, con el nombre de “periodontitis de los implantes”. Esto se debe a que las causas que originan ambas enfermedades son, por lo general, las mismas: la falta de higiene bucodental. La única diferencia es que una afecta a los dientes naturales y la otra a los implantes.
La periodontitis -o piorrea- es una enfermedad crónica que tiene una alta recidiva (posibilidad de volver a aparecer) si el paciente relaja sus hábitos de higiene. Por ello, su existencia previa está muy relacionada con la posibilidad de desarrollar periimplantitis una vez que se colocan implantes dentales.
6- Baja calidad ósea
Cuando el paciente no tiene suficiente cantidad de hueso, los implantes dentales se fijan peor (debido a que no disponen de suficiente soporte al que agarrarse).
Por ello, el proceso de osteointegración -periodo durante el cual el implante se une al hueso- puede retrasarse y fallar.
7- Superficie del implante
El diseño del propio implante también puede ser un factor de riesgo para la aparición de la periimplantitis. Es decir, el hecho de que la superficie del implante sea rugosa facilitará la acumulación de placa bacteriana.
¿Cómo se cura la periimplantitis?
Existen dos tipos de tratamientos para curar la periimplantitis: el quirúrgico y el no quirúrgico.
1- Tratamiento no quirúrgico
El tratamiento no quirúrgico para curar la periimplantitis se compone de las siguientes fases:
- Medicación antibiótica: el dentista prescribe un tratamiento antibiótico al paciente durante un número de días determinado. Esto le permite detener la infección y poder realizar el resto de procedimientos posteriores.
- Raspados y alisados radiculares (curetajes): mediante unos instrumentos denominados curetas, el periodoncista accede al interior de las encías del paciente y retira el sarro acumulado en ellas.
- Enjuagues bucodentales: adicionalmente, hay veces que el dentista recomienda al paciente usar durante unos días un enjuague bucal con clorhexidina, que tiene una acción antiséptica (contra las infecciones).
2- Tratamiento quirúrgico
Hay algunas ocasiones en las que el tratamiento no quirúrgico resulta insuficiente para curar la periimplantitis. Esto se debe a que la enfermedad ha avanzado demasiado y requiere una respuesta más contundente.
En estos casos, es necesario pautar un tratamiento quirúrgico contra la periimplantitis. Es decir, llevar a cabo una cirugía periodontal. Aunque existen distintos tipos de cirugías, todas tienen un mismo objetivo: poder acceder mejor al tejido infectado que se encuentra entre el diente y la encía para limpiarlo.
Por último, puede haber casos en los que, además de realizar una cirugía para retirar el sarro, también sea necesario recuperar la masa ósea perdida mediante un injerto de hueso.
¿Cuál es el precio del tratamiento de la periimplantitis?
El precio del tratamiento contra la periimplantitis depende, básicamente, de qué procedimiento requiera el paciente para curar la enfermedad.
Por ejemplo, en caso de que sea necesario, únicamente, un tratamiento no quirúrgico, el precio puede partir de los 300 euros, aproximadamente. En cambio, si se debe recurrir a un tratamiento quirúrgico, el precio ascenderá a partir de los 800 euros.
Hace unos años, la única manera de curar una periimplantitis era retirar el implante y volverlo a colocar. Afortunadamente, hoy en día es posible realizar tratamientos menos invasivos.
A pesar de ello, sigue siendo fundamental que los pacientes que llevan implantes dentales sean conscientes de la importancia de cuidarlos.
Para ello, es fundamental cepillarse los dientes después de cada comida, acudir a las revisiones planificadas por su implantólogo y solicitar una visita con el dentista si detectan alguna de las señales de alarma que hemos mencionado.
Bibliografía
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