Consecuencias de la pérdida de hueso alveolar
Frecuentemente nos encontramos con pacientes adultos que acuden a nuestras consultas tras la pérdida de algún diente, preguntándonos las repercusiones que puede conllevar esta ausencia, así como las consecuencias de la pérdida de hueso alveolar.
El hueso alveolar (el hueso que rodea los dientes) es el encargado de mantener los dientes en los maxilares y de responder a la presión de los dientes al masticar. La diferencia fundamental respecto al resto de huesos del cuerpo humano, es su capacidad de cambiar, ya que es capaz de renovarse, absorberse y auto-curarse por mecanismos naturales.
¿Por qué se produce pérdida de hueso alveolar?
El hueso alveolar puede reabsorberse poco a poco perdiendo altura y anchura, lo que supone un peligro. Las principales causas son:
- Pérdida o extracción de dientes (exodoncia).
- Periodontitis (más comúnmente conocida como piorrea o enfermedad periodontal).
- Envejecimiento.
- Traumatismos.
- Osteoporosis.
¿Cuáles son las consecuencias de la pérdida de hueso?
Cuando se produce una pérdida ósea se originan diversas consecuencias. Algunas son:
- Retraimiento de los labios.
- Arrugas de expresión sobre el labio superior, como resultado de la pérdida ósea y retraimiento de los labios.
- Aflojamiento de dientes por pérdida de su sustento principal y mayor riesgo de pérdida.
- Modificación de la oclusión, pues los dientes se inclinan, se mueven.
- Dificultad para realizar la rehabilitacion protésica con implantes.
¿Qué soluciones hay para la pérdida de hueso?
La solución más segura es la sustitución inmediata de los dientes perdidos con implantes dentales. Existen puentes y dentaduras removibles, pero no realizan la misma función que un diente natural. El implante dental sustituye la raíz del diente y mantiene por más tiempo el hueso, la forma y la anatomía del diente natural y evita la retracción gingival.
Un tratamiento de implantología puede lograr el resultado deseado, en funcionalidad y estética, sin contar los beneficios para la autoestima.
No obstante, la colocación de los implantes dentales depende directamente de la cantidad y la calidad del hueso. Si ha pasado mucho tiempo tras la pérdida, puede ser necesario un injerto óseo previo a la colocación de los implantes.
La función del injerto de hueso es:
- Preservar la cantidad ósea después de extraer un diente.
- Rellenar defectos de hueso para colocar un implante.
- Conseguir altura ósea en zonas posteriores con la elevación de seno.
Hay pacientes que se preocupan debido a que la regeneración de hueso les parece una cirugía complicada. Sin embargo, esta técnica puede ser realizada con sedación consciente y con las mínimas molestias postoperatorias. Además, gracias a esta cirugía, mejora considerablemente el éxito en los tratamientos de implantología.
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