¿Cuáles son los síntomas del bruxismo? ¿Cómo se tratan?

El bruxismo es un hábito o movimiento inconsciente que consiste en apretar o rechinar los dientes. Aunque sus síntomas pueden presentarse durante el día (bruxismo diurno), normalmente se manifiestan de manera más intensa por la noche, durante las horas de sueño (bruxismo nocturno).
Las causas más frecuentes de este hábito involuntario son el estrés y la ansiedad, que se exteriorizan descargando la tensión sobre la mandíbula. El problema de esto es que el bruxismo puede provocar numerosos daños tanto en la boca (dientes, encías, mandíbula…) como en la parte superior del cuerpo (cara, oído, cabeza, cuello…).
¿Cuáles son los síntomas del bruxismo?
El bruxismo puede presentarse con un amplio abanico de síntomas. Sin embargo, estas señales varían mucho en función de la frecuencia y la intensidad con la que se aprietan o rechinan los dientes.
Los principales síntomas o señales que advierten que una persona padece bruxismo son los siguientes:
- Rechinar o apretar los dientes, principalmente por la noche.
- Dientes más cortos de lo normal, con los bordes muy aplanados y regulares, como si se hubieran limado.
- Dientes astillados o agrietados.
- Dolor o sensibilidad dental.
- Piezas dentales frágiles, o que dan la sensación de que se están aflojando.
- Fracturas en los dientes.
- Desgastes en el esmalte dental, lo que deja ver la dentina (capa más interna del diente que tiene un color amarillento). La dentina se hace visible cuando se desgastan las capas más superficiales del diente.
- Mandíbula tensa o bloqueada, que impide llevar a cabo una correcta apertura de la boca.
- Dolores en mandíbula, rostro, oído, cabeza o cuello. Dichas molestias pueden ser puntuales o recurrentes.
- Trastornos del sueño: insomnio, ronquidos, apnea (pausas en la respiración), etc.
¿Cuáles son las causas del bruxismo?
Las principales causas del bruxismo son dos: el estrés y las alteraciones en la oclusión (mordida de los dientes):
1- Estrés y ansiedad
El estrés es la primera causa de bruxismo. Normalmente, las personas bruxistas presentan altos niveles de estrés y ansiedad, que canalizan ejerciendo una fuerza excesiva sobre la mandíbula.
Por este motivo, hay que tener en cuenta que el bruxismo suele ser más intenso cuando la persona está atravesando una etapa de mayor desgaste emocional (estrés, ansiedad, tensión, frustración…).
2- Alteraciones en la oclusión
Las alteraciones en la oclusión también pueden causar bruxismo. Esto se debe a que la boca funciona como un engranaje perfecto. Y, por ello, todos los dientes están pensados para encajar correctamente entre ellos.
Cuando este encaje no es el adecuado, debido a que los dientes están descolocados o mal posicionados, la propia boca trata de “limar” todos esos contactos inadecuados. Esto, a su vez, empeora el bruxismo, ya que el desgaste provocado acorta el tamaño de los dientes y altera, aún más, su encaje.
El bruxismo se manifiesta con una serie de síntomas que varían en número e intensidad, en función del grado de apretamiento o rechinamiento que presente el paciente.
¿Cómo se diagnostica el bruxismo?
En la inmensa mayoría de casos, diagnosticar el bruxismo es relativamente sencillo. De hecho, muchas veces, es la persona que duerme al lado quien se da cuenta de que alguien sufre bruxismo por el ruido que hace al dormir.
Pero, dejando a un lado esto, el bruxismo suele detectarse en una revisión rutinaria en el dentista. El profesional, al explorar la boca del paciente, observa una serie de síntomas muy específicos: el característico “limado” de los bordes incisales, la exposición de la dentina, fisuras en los dientes, etc.
Por todo ello, para diagnosticar el bruxismo no suele ser necesario realizar ninguna prueba.
Tratamientos contra el bruxismo
Los principales tratamientos para abordar el bruxismo son los siguientes:
1- Férula de descarga
La férula de descarga es, hoy en día, el tratamiento más utilizado contra el bruxismo. Consiste en un aparato transparente que se coloca entre los dientes para evitar que choquen entre ellos. Por tanto, supone un impedimento físico al hábito de apretar o rechinar los dientes.
Normalmente, los dentistas pautamos a todos los pacientes bruxistas una férula de descarga y, en función, de la severidad del hábito, valoramos si es recomendable realizar un tratamiento adicional.
2- Tratamiento de ortodoncia
En los casos en los que el paciente presente algún tipo de maloclusión (apiñamiento, dientes separados o diastemas, sobremordida, mordida abierta, mordida cruzada, etc.) será necesario llevar a cabo un tratamiento de ortodoncia.
De esa manera, corregiremos las alteraciones en la oclusión y conseguiremos que los contactos de los dientes sean los adecuados. Así, los dientes no tendrán que “buscar” por sí mismos su espacio en la boca, lo que ya hemos visto que empeora el bruxismo.
3- Control del estrés y la ansiedad
Es conveniente que cualquier paciente bruxista intente aliviar el estrés que padece. Una técnica muy buena -y que se utiliza menos de lo que debería- consiste en aprender y practicar ejercicios de relajación.
Además, se puede llevar a cabo cualquier otra disciplina que ayude al paciente a relajarse: deporte, meditación, etc. Y, por supuesto, si el episodio de estrés es agudo, también es conveniente consultar con un psicólogo.
4- Infiltraciones de botox
Las infiltraciones de toxina botulínica (botox) están recomendadas en casos severos de bruxismo. Las inyecciones de esta sustancia bloquean directamente el neurotransmisor que provoca la contracción muscular de la mandíbula.
Por tanto, se puede decir que, aunque el cerebro envíe a la mandíbula la orden de tensarse, esta no la recibe.
Hay una gran cantidad de personas que desconocen el uso terapéutico del botox. Sin embargo, este es un excelente aliado para tratar el bruxismo. Eso sí, se utiliza en casos de bruxismo severo y es necesario repetir la aplicación cada 10 meses, aproximadamente.
Como ves, son varios los tratamientos con los que se puede abordar el apretamiento o rechinamiento de los dientes. Por ello, es imprescindible realizar una evaluación del paciente, de sus síntomas y de los daños sufridos antes de proponer el tratamiento más adecuado.
Si padeces bruxismo, te aconsejamos que no pospongas más tu visita al dentista. En muchos casos, la solución es sencilla, sobre todo si el paciente comienza a tratarse temprano.
Además, su diagnóstico es muy rápido y se realiza en una simple revisión rutinaria. Si quieres que nuestros especialistas te valoren, te invitamos a acudir a una primera consulta a cualquiera de las clínicas Abaden.
Bibliografía
- Frugone Zambra, RE, & Rodríguez, C. (2003). Bruxismo. Avances en Odontoestomatología, 19(3), 123-130.
- Alcolea, Justo M, Mkhitaryan, Liza, Alcolea, Justo M, & Erazo, Patricia. (2019). Tratamiento del bruxismo con toxina botulínica tipo A. Estudio clínico prospectivo. Cirugía Plástica Ibero-Latinoamericana, 45(4), 435-448. Epub 02 de marzo de 2020.